Hay algo magico y sobrenatural en el perpetuo moverse de las borlitas que circundan el palio de la Capushinera, esa Virgen del Prendimiento que llena con su trono enorme y plata esta noche de Domingo de Ramos, malagueña e infinita… Hay algo arcaico e insondable en el sudor que empapa los metalicos varales, en el encorvarse de las espaldas de los hombres de trono que, igualados bajo faraonas color de luna, un pasito alante y otro mas, cargan con sus culpas y con las mias…
Tras ocho horas de interminable procesion y subir la empinada calle Dos Aceras, los portadores curvan el enorme trono de plata y noche en la estrecha calle Refino…, con sumo cuidado eso si… para no distraer a la Capushinera en su pesar por el inamovible destino de su niño… Enfilada Refino, hay que bajar un poco para doblar otra vez y afrontar ese Golgota malacitano que es la Cuesta de Carrion, una rampa tremenda de pendiente atroz, que hay que subir de un tiron!!! y sin pausa… Todo esto tiene mucho de tenebroso Verdad?, de dolor oscuro y primario, un sufrimiento hondo casi abisal, enlazado a la culpa y a la necesidad de su expiacion mediante la penitencia…, se ve (y como…) en los rostros que se cortan, en las mandibulas que se aprietan, en los ojos que se cierran, en las manos que ya no sienten, en el hombro que ya no aguanta…, en el pie que pierde el paso…, a pesar de la musica que va empujando: redobles, tambores y chirimias, melodias machaconas de resignacion y de superacion…, pero cuando se corona la cuesta, llega deslumbrante, casi cegadora, la salvacion… y del perdon…
Tiene mucho de enigma el oscilar de las barras del palio movidas por un viento primigenio (y desconocido), la inexplicable belleza de las flores en su agonia…. el misterioso fluir de la cera en los cirios… Si, hay algo imperecedero (no se si por divino o por humano) en ese manto que como una cascada de oro sobre terciopelo azul se derrama entre recovecos de plata labrada, tan indescifrable como las lamparas votivas que en las cuatro esquinas del trono chirrian menguantes, sin jamas morir.
Las dudas se apoderan de mi cuando suena, una vez mas, la campana: dos toques y arriba!!!, crujen los varales sobre los hombros (o los hombros bajo los varales) ya queda poquito pero se hace eterno…, se disparan flashes y manos hacia la Capushinera que arde como un fuego antiguo cerca del mar, atrayendo miradas, barcos y gentes… Mientras se aleja el Gran Perdón dejando una estela tenue y plateada, pienso en los que ya no estan… en mis padres, tios y primos cuando me traian de chico “a-ve-los-tronos” en esos domingos de ramos que empezaban con la pollinica y sus palmas blanquecinas (o amarillentas) y terminaban con la capushinera, a pesar del frio, del cansancio y del sueño, no faltaba naide, catolicos y no catolicos, ingleses de malaga, malaguitas, marengos y catetos que de tò tiene que haber en la vida …
Atrapado en su campo magnetico no consigo alejarme de la Capushinera…, como un cuerpo celeste fuera de su orbita me sorprendo de mis pasos…., pero bueno que hago aqui? tengo vuelos (dos) en 7 horas, me espera la mitad de mi vida en la otra esquina del mediterraneo… Inutil resistirse, sigo sus pasos… y ya estamos en el Altozano y su Hijo (el melenas inconformista, antisistema y peleon) la espera, flanqueado por judas y romanos en un jardin de dorados donde crece un unico olivo…
Redoblan con fuerza los tambores, repican campanas y campanitas, aplauden con fuerza los (mas o menos) devotos, se desborda el entusiasmo por la capushinera… Dos toques y a Pulso!!! frente a frente se saludan y se besan con dulzura ambos tronos, que bonito es el paraiso deben pensar los portadores…, suenan las musicas y estalla la alegria de la liberacion y del reecuentro de una madre con su hijo y de yo conmigo mismo… Si, ahora lo veo en primavera nos toca remontar el rio y volver al lugar del que procedemos (como los buenos salmones, oye) y por eso estoy aqui, acariciando la eternidad…, sin saberlo, estaba remontando el rio…, buscando el color de lo imperecedero, de lo que no pasa, una tonalidad asi… como un difuminado de noche entreverado de luna y plata…